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quarta-feira, 11 de fevereiro de 2015

El Barça tiene la final más cerca

El Barça tiene la final más cerca


El Barça encarrila la eliminatoria contra el Villarreal, pero se queda a las puertas de la goleada y deja vivo a los amarillos


Neymar falla un penalti en su peor partido y Ter Stegen se traga el gol de los amarillos tras haber salvado otro



Joan Poquí 



La cuarta final de Copa en cinco años está un poco más cerca para el Barça, que sin embargo, perdió una gran ocasión de dejarlo todo ya visto para sentencia. El gol de Trigueros en una de las escasas opciones del Villarreal de superar a Ter Stegen puede complicar la vuelta. El conjunto azulgrana fue capaz de reaccionar a ese gol mientras aún le quedaban fuerzas, pero se fue a casa con la sensación de haberlo dejado todo a medias por un penalti que falló Neymar. Messi se lo cedió justo el día en que el brasileño estaba menos inspirado. Leo había abierto el marcador y la remontada tras el empate momentánea de Trigueros corrió a cargo de Iniesta y Piqué.


Poco, muy poco, ofreció este Villarreal al que tanto fútbol se le supone. Dio la sensación de que salió a verlas venir, consciente de que el partido tenía 180 minutos. O tal vez fue que el Barça le apretó muy arriba y ahogó cualquier intentona de Vietto y Cheryshev, desconocidos respecto al partido de liga, o de Giovani, muy aislado arriba, víctimas todos ellos de la velocidad en el repliegue de Mascherano, mediocentro ayer, y Mathieu, su sustituto en el eje de la zaga al lado de Piqué. La sorprendente entrada de Rafinha completó las rotaciones de Luis Enrique.


Con esa receta más el liderazgo de Messi, el Barça fue amo y señor del primer tiempo, pero con pocas opciones de gol más allá de un chut de Messi detenido por Asenjo, un derribo de Musacchio a Suárez no señalado o una combinación entre Neymar e Iniesta que acabó con Bruno lesionado gravemente al tratar de seguir el giro del manchego. Messi culminó la jugada sin puntería.


Un robo de balón de Luis Suárez ante Pina originó la jugada que plasmó ese dominio azulgrana. El uruguayo inició una contra rapidísima superando el intento de Musacchio por taparlo y, tras entrar en el área, asistió a Messi, que no perdonó desde la frontal. El Camp Nou premió el esfuerzo del uruguayo coreando su nombre por una jugada decisiva.

Ansioso por devolver tanto cariño, Suárez vivió unos momentos mágicos que, una vez más, se quedaron sin premio.


Completamente desatado, el ‘nueve’ azulgrana cruzó demasiado el balón tras un pase de Leo y, casi inmediatamente, no llegó por poco a un centro-chut de Iniesta, en una continuación de un desencuentro con el gol que parece contener trazas de fenómeno paranormal.

Y, después de que Luis tuviese en sus botas el 2-0, quien casi marca antes del descanso fue el Villarreal en su ínica llegada peligrosa de toda la primera parte, fruto de un error de Mascherano, que  fue providencial a la hora de corregir y cortar contras pero sufrió en exceso como mediocentro en cuanto los amarillos le apretaron un poco. Tras centro de Cheryshev, el remate de Vietto fue respondido por una sensacional parada de Ter Stegen, lanzándose abajo a la izquierda y salvando un gol seguro.


Los dos héroes de ese tramo final de la primera parte, en cambio, fallaron tras el entreacto. En la salida de otra contra, Luis Suárez perdió un balón tras un rechace de Mathieu a la salida de un córner y Trigueros, sustituto del lesionado Bruno, lanzó un obús desde cuarenta metros que el meta alemán, literalmente, se tragó.


Ante una situación delicada, la reacción fue contundente, rápida y decidida. Iniesta se sacó de la manga una pared con Luis Suárez y, tras un rebote en el lateral Mario, el mago de Fuentealbilla restableció la ventaja sólo dos minutos después del empate amarillo. Y Piqué, de cabeza a la salida de un córner forzado por Messi, comenzó a poner la eliminatoria cuesta abajo.

El triunfo se quedó a las puertas de una goleada que habría  podido dejar la eliminatoria casi resuelta, pero Neymar, que no tuvo su día, falló desde los once metros un penalti que Messi le cedió para resarcirse.  Fue un penalti por supuesta mano de Musacchio al rechazar un sombrerito de Leo. El central argentino, catastrófico ayer, había cometido ya dos penaltis sobre Suárez, uno en cada parte. El primero,  al agarrar y tirar al suelo al uruguayo; el segundo, al darle una patada por detrás en un control en el área de espaldas del mismo uruguayo. Finalmente, el árbitro pitó el penalti más discutible y el defensa se llevó tarjeta por protestar. Neymar se adornó, cogió una carrerilla lateral de forma extraña y finalmente el meta le adivinó la intención.


Hasta el final, sufrimiento.